Muchas personas en el espectro tienen un pensamiento recurrente:
“¿Por qué no puedo terminar nada?”
Sin importar la edad, las personas con perfil de Asperger/autismo frecuentemente se sienten sobrecargadas cuando piensan en la cantidad de cosas que tienen que hacer, especialmente durante las festividades. Si agregamos a esto los cambios de rutina y la restricciones causadas por COVID, los sentimientos de ansiedad, insomnio, y parálisis relacionados a la lista de actividades pendientes se van al cielo. En muchos casos esto lleva a quedarse en inercia, tanto en la casa como en el trabajo. La persona puede empezar a ver vídeos, jugar juegos, o dormir – cualquier cosa para no pensar en todo lo que tiene que hacer. Desafortunadamente, esta inactividad puede causar más angustia, pena, y sentirse culpable.
Por Qué Sucede Esto
Muchas personas neurotípicas no pueden comprender esta situación. Asumen que es por ser flojo o por falta de perseverancia. Pueden aún pensar, “¿Qué tan difícil puede ser? Empieza con la primera cosa en la lista y simplemente hazlo”. Pero el problema en realidad puede ser mucho más complejo.
Mantengamos en mente que la depresión puede agravar, o dificultar, la habilidad de las personas de hacer algo, puede llegar aún a hacer que sea difícil pararse de la cama. Si hay un problema de depresión, recomendamos buscar ayuda terapéutica profesional.
Otra posibilidad es que haya dificultades en función ejecutiva, lo cual es común para aquellos en el espectro. Estas dificultades incluyen:
- Prestar atención
- Organizarse
- Empezar actividades
- Manejar emociones
- Mantener control de la actividad que se está haciendo
Sin estas herramientas, aún actividades cotidianas del día a día se convierten en situaciones inmanejables. Al evitarlas, simplemente se hacen más presentes, y rápidamente terminan agregando más actividades a la lista. La ansiedad también puede ser un factor importante; actúa como una barrera para no empezar actividades o manejar emociones, y también puede aumentar el sentimiento de preocupación y pánico alrededor de las actividades que siguen sin hacerse. Aislarse, o escaparse en actividades preferidas, genera seguridad y empuja a un lado los pensamiento negativos, pero solo temporalmente. Eventualmente, el sentimiento de culpa regresa con más fuerza y afecta como la persona se siente consigo misma.
El Poder De Ver De Antemano
Para las dificultades de función ejecutiva o ansiedad, quiero dar una recomendación concreta: Vea el día de antemano en detalle y enfóquese en las actividades que son absolutamente necesarias. Esto se puede hacer la noche anterior antes de acostarse para prevenir insomnio y preocupación, o a principio del día antes de levantarse de la cama. La clave es ir más allá de la simple idea de “hacer una lista y ejecutarla”. Lo que sugiero es un análisis completo de las actividades para no sólo tener un entendimiento completo sobre lo que será necesario para completar cada actividad, sino también para entender el impacto que cada actividad tiene sobre uno mismo. A medida que entiendes tu propia capacidad, puedes crear un plan realista de cómo manejar las actividades sin sentirse sobrecargado. Los padres de niños y adolescentes también pueden usar esta técnica para ayudar a sus hijos.
Aquí están algunas ideas de cómo hacer la revisión de antemano:
- Haz una lista mental (o preferiblemente, escríbela) de las actividades que TIENEN que completarse durante el día.Esto podría ser cosas como ir al trabajo, una cita con el dentista, e ir a comprar artículos en el supermercado.
- Revisa los pasos a seguir para completar cada actividad y considera cuánta energía consumirán. Piensa cuánto tiempo tomará, cómo preparase, qué cosas hay que llevar, etc. y además considera cuánto te va a desgastar: la sobrecarga sensorial, o la ansiedad que puedes sentir si tienes que navegar un sitio nuevo o personas desconocidas, especialmente cuando las reglas sociales no están claras. Esto toma práctica. Alguna veces visualizarte ejecutando los pasos de la actividad te pueden ayudar a entender todos los componentes necesarios y el esfuerzo requerido.
- Analiza y ajusta la lista si es necesario. Si durante la revisión de antemano te sientes sobrecargado(a), ve si puedes agregar actividades que disfrutas o planifica descansos entre las actividades de tu lista. ¿Podrías tener una hora para leer entre la cita del dentista y la ida al supermercado? ¿Podrías caminar de regreso del trabajo, en vez de tomar al autobús, para descargarte un poco? Si eso no funciona, sería posible modificar una de las actividades en la lista, como por ejemplo comprar las cosas en un mercado más pequeño cerca de la casa, o dejar el supermercado para el fin de semana? Por otro lado, si te parece que hay espacio en el día para hacer mas, considera agregar actividades que te gustaría terminar pero que quizás haz dejado a un lado o les haz dado largas. ¿Habrá algo de limpieza que has estado ignorando? ¿Podrías abrir y ordenar el correo?
Si este proceso no funciona y todavía sientes que vas pasando el día y no están completando o haciendo nada, yo te sugeriría: selecciona una actividad que te gustaría terminar y sepárala en pasos manejables. Entonces decide cuántos de los pasos podría hacer cada día. Si tienes que enviar un paquete por correo, por ejemplo, enfócate ese día en conseguir una caja del tamaño adecuado, pon el objeto en la caja, y ciérralo con tape. Al día siguiente le puedes poner la dirección y llevarlo a la oficina de correos.
La clave es crear un proceso que genere un plan claro, conciso, y alcanzable para tí. Y más importante aún, recuerda que este puede ser un proceso difícil así que no te castigues a ti mismo(a) si no logras terminar todas las cosas que querías hacer. Mientras más entiendas tu capacidad e integres ese conocimiento en ver el día de antemano, más fácil te será crear expectativas realistas. Te darás cuenta que cuando comienzas a completar actividades, aún pequeñas, te sentirás mejor.